EXIGIMOS UN FIN A LAS MUERTES DE MIGRANTES POR TODO EL MUNDO

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Tucson, AZ November 2nd, 2015Conmemorando el Día de Los Muertos

Para la Coalición de Derechos Humanos, este es el 15 año conmemorando El Día de Los Muertos. Por mas de una década y media, Derechos ha hecho una cruz para cada conjunto de restos recuperado en el desierto del Sur de Arizona. Muchas de estas cruces tienen escritas la palabra “Desconocido o Desconocida” en ellas, representando lo efectivo que el sistema desaparece a la gente. Contrario a lo que muchos creen, el sistema no está roto; está efectivamente trabajando, intencionalmente poniendo a la gente en ‘peligro mortal’ declarado así en el Plan Estratégico de la Patrulla Fronteriza de 1994. Como una comunidad, nos unimos una vez al año en el Día de Los Muertos para honrar las vidas que nos quitaron como resultado directo de las políticas de los Estados Unidos.

Este año al caminar otra vez las 8 millas desde la Iglesia St. John hasta la Misión San Xavier, lo hicimos al mismo tiempo que las muertes de migrantes han sido destacadas en los medios de comunicación con fotos de niños muertos en las playas Griegas, y nos encontramos reflexionando y de luto por las muertes locales en un contexto global. Hemos estado reflexionando que vivir en un país como los Estados Unidos quiere decir exigir que nuestro gobierno acepte responsabilidad por muchas de las muertes de migrantes alrededor del mundo ya sea por que las políticas de los Estados Unidos y sus prácticas contribuyen a la migración debido al cambio climático, porque los Estados Unidos continúan involucrados en invasiones militares que desatan crisis de refugiados, nuestro gobierno financia la militarización de México usando el pretexto de la guerra a las drogas, o son el ímpetu detrás de políticas económicas neoliberales como NAFTA.

Mientras que es importante que las muertes de migrantes están atrayendo la atención que tanto merecen, cuando aquello como la muerte se visibiliza en los medios de comunicación, la gente inevitablemente comienza a hablar de números. Escuchamos cosas como: En lo que va del año han habido 2700 muertes en el mediterráneo y por lo menos 137 muertes en el desierto de Arizona. Así nos encontramos este año cuando hicimos las 137 cruces que tuvimos que añadir a las 2,771 cruces que tenemos desde que empezamos en el año 2000. Sin embargo tenemos que reconocer que estos números no dicen la historia completa por varias razones.

El año pasado, mientras nos preparamos para el día de los Muertos, lo hicimos al mismo tiempo que la patrulla fronteriza se estaba promoviendo como humanitarios, usando números distorsionados para decir que sus “esfuerzos para salvar vidas” habían reducido el número de personas que murieron en el desierto en el año fiscal 2013-2014. Sin embargo, las historias que escuchamos en nuestra línea de 24 horas en Derechos Humanos son un recuerdo constante de lo que realmente está pasando: madres, padres, hermanos y hermanas constantemente se pierden y son desaparecidos y desaparecidas en terrenos mas remotos tal y como ha sido planeado. La verdad es que cualquier discusión de números y “esfuerzos humanitarios” está tomando lugar en un contexto donde la mera presencia de la patrulla fronteriza en el desierto, además de los controles fronterizos, son directamente conectados a cada persona cuyos restos han sido recuperados. También sabemos que hay cientos de restos que nunca serán encontrados y no serán sumados a la cuenta anual de los Médicos Forenses del Condado de Pima. Esto sólo es un firme recordatorio que ya sea que la gente está siendo desaparecida en el desierto de Sonora o en el Mediterráneo, la inmensidad de estos espacios geográficos nos asegura que el número real de estas muertes jamás se sabrán.

Las llamadas que recibimos en Derechos, cuando nuestros seres queridos se desaparecen son pruebas que las prácticas de ejecución que la Patrulla Fronteriza usa en el campo, sin importar lo que dicen en sus publicaciones, son cualquier otra cosa que humanitaria. Consistentemente escuchamos historias acerca de como la Patrulla Fronteriza dispersa a los grupos, detiene a la mayoría de sus miembros, y luego deja a los otros a que se defiendan como puedan, a menudo sin sus guías e inevitablemente sin suficiente comida ni agua para continuar su camino. En este caso, ¿que le importa mas a la patrulla fronteriza? ¿Que vale más la pena, dos personas dejadas a que mueran o el arresto de ocho?

Una llamada reciente que entró a nuestra línea de 24 horas de Migrantes Perdidos es un ejemplo perfecto de la indiferencia a la vida de migrantes de la Patrulla Fronteriza (y otras agencias de orden público) y también un recordatorio del porque las historias individuales son mas poderosos que los números. Cuando una de nuestras voluntarias recibió una llamada acerca de un grupo de migrantes perdidos y en muy mala condición médica en el desierto, ella y la familia de uno de los migrantes perdidos inmediatamente empezaron a llamar a las autoridades, pidiéndoles que usaran sus recursos disponibles. En vez de recibir la ayuda que buscaban, lo que enfrentaron fue una indiferencia mortal. Todas las autoridades negaron nuestra petición para una búsqueda, y uno de los agentes de la Patrulla Fronteriza nos dijo que “no vamos a mandar un helicóptero por unos cuantos sujetos.” ¿Unos cuantos sujetos.? O ¿unos cuantos seres humanos? ¿Cuántas personas tienen que estar perdidas para hacer que le importe a la Patrulla Fronteriza? ¿Será que los números realmente importan en este caso? En el caso de una mujer de 20 años con ciudadanía de Estados Unidos que se perdió en las Montañas Catalina cerca de Tucson, 1 parece ser el número mágico. Aunque estamos contentos que recibió una respuesta que salvó su vida, nosotros nos tenemos que preguntar a nosotros mismo si la diferencia en respuestas en estas situaciones difíciles fue mas acerca de la raza y/o privilegio por su ciudadanía. Desafortunadamente, nosotros escuchamos muchas de estas historias donde la vida de algunas personas son valoradas mucho más que otras. En contraste a senderistas perdidos, algunos migrantes, cuyas vidas están de por medio cuando sus llamadas al 911 son automáticamente transferidas a la Patrulla Fronteriza, ellos y ellas están forzadas a depender de la misma agencia que aplica las políticas de disuasión para empujarlos a terrenos remotos, y tal vez a la agencia que inicialmente hizo que se perdieran.

Al mismo tiempo que exigimos responsabilidad de nuestro gobierno por las muertes de los migrantes, también debemos señalar que financiación de los EE.UU vía la iniciativa Mérida, y específicamente al Plan Frontera Sur, esta desapareciendo un desconocido, pero gran número de personas antes de siquiera llegar a la frontera de Estados Unidos. Recientemente has sido argumentado que por varios años la Frontera de Estados Unidos-México ha sido extendida hasta la frontera de México-Guatemala. Julio de 2015 marco el primer aniversario del plan Frontera Sur Financiado por los Estados Unidos, que refleja el mortal Plan Estratégico de la Patrulla Fronteriza de 1994 agregando retenes de control migratorios a lo largo de la frontera sur, agregando y entrenando más oficiales del gobierno, más equipo de vigilancia y gastando miles de millones de dólares. Efectivamente, el gobierno de los EE.UU ha subcontratado y financiado un plan sabiendo que mata gente, forzando migrantes Centro Americanos hacia rutas peligrosas como una forma de prevención por medio de la disuasión. La disuasión en este contexto es convenientemente, el crimen organizado, violencia de pandillas, y redadas por parte de los oficiales del gobierno abusivos. Déjenos recordar que estamos viviendo una crisis y no necesitamos números que nos lo digan.

Mientras caminamos el peregrinaje quinceavo del Día de los Muertos, reflexionamos como sentimos que nunca podemos hacer lo suficiente para combatir esta crisis. Una crisis, que por cierto, Isabel García junto a Raquel Rubio-Goldsmith han documentado y han advertido durante las décadas del desarrollo de NAFTA. El número de llamadas que recibimos en nuestra línea de 24 horas, si bien se ha triplicado en el último año, nos recuerda que estamos confrontando una fuerza que es mucho más grande que nosotros y nosotras, una fuerza que ha crecido desde el comienzo de la colonización hace 500 años atrás.

Sabiendo que la fuerza de la colonización que nos ha llevado a la supremacía blanca y a una variedad de sistemas de opresión a lo largo de las Américas ha durado tanto, nuestros esfuerzos de lucha parecen en vano. Pero no lo pensamos así. Vemos la esperanza con cada familia que toma acción, que se enfrenta en contra del miedo incluso cuando las políticas de disuasión están en su lugar, cuando no se dan por vencidos por la lucha para obtener una merecida vida digna. Si ellos y ellas tienen esperanza, nosotros y nosotras tenemos esperanza y continuaremos recibiendo las llamadas. Entonces esperamos que se una a nosotros y nosotras en este camino apoyando nuestro trabajo, uniéndose a nosotros el próximo año en nuestro camino, y creando conciencia acerca de las muertes de los migrantes y las políticas inhumanas que las causan.